Nosotros mismos debemos ser el cambio que deseamos ver en el mundo.

Mahatma Ghandi.







sábado, 24 de septiembre de 2011

MANDA GÜEVOS....


¡Qué despliegue! ¡Qué barbaridad! ¡Qué bien luce la cuesta de Dr. Vasallo, toda ella acicalada para el ¿¿¿GRAN??? evento! Primero tapado de baches, pero no de cualquier manera con alquitrán y todo, que se ha quedado la calle como el estampado de las cebras de la de hoyos, socavones y agujeros que tenía; después desbrozado, limpieza e incluso retirada de montones de escombros, que quedaban mal en la foto del Diario de Avila. Hasta han pasado la manguera de incendios para eliminar hasta el último resquicio de basura. 
Que no critico porque piense que no hacía falta, es que es IM-PRESIONANTE que no se los haya ocurrido hacer nada durante años y que ahora quieran dejar la calle como la Gran Vía. 
Yo, viendo el resultado, al año que viene voy a solicitar algún evento-fracaso para mi barrio: mercado romano, feria de artesanía, concurso de tortillas o lo que haga falta (bueno, PIEDRAMOVILAVES (a quién se le habrá ocurrido este nombre tan comercial?) no, que no hay pendiente suficiente en mis alrededores¡¡¡¡
Y todo este esfuerzo sin apenas participación. Porque sepan ustedes, mis intrépidos lectores sólo se ha conseguido que media docena (más o menos) de participantes amenicen la fiesta, lo cual me hace pensar si será esto un "ensayo" que nos ha traído la alcaldesa de la Junta, y que ahora se empiecen a prodigar este tipo de eventos por nuestra comunidad para promocionar el maltrecho turismo. ¿O será quizás una idea de "los nuevos" para promocionarse y hacerse fuertes dentro del equipo de gobierno?
Sea lo que sea, el dineral, medios y empeño puestos en la carrera me parecen un enorme despropósito; ya  me gustaría a mí que se dedicara un tercio de todo este esfuerzo en otras actividades promocionadas por el Ayuntamiento.
Concluyendo, que sumisos y quietecitos al abrigo de un gobierno de ultraderecha y además con  mayoría absoluta en el que estoy seguro que se gobierna impartiendo órdenes como: "esto es así porque yo lo digo" o "se hace y punto" no podemos más que aguantarnos y, (eso no nos lo podrá quitar nadie) sonreir con sus fracasos.

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