Nosotros mismos debemos ser el cambio que deseamos ver en el mundo.

Mahatma Ghandi.







jueves, 16 de septiembre de 2010

Los lunes al sol


Paseando a mi perrita Cuchi, tengo mucho tiempo para observar cosas que parece no ver nadie más en el pueblo. Hoy mismamente, iba yo con mi can, cuando veo a la nueva adquisición del Ayuntamiento para el trabajo municipal. El chaval (al que no conozco y contra el que no tengo nada personalmente) estaba abriendo una zanja enfrente de los almacenes de construcción. La simple observación de este hecho me hizo enrojecer, eso sí, de vergüenza vecinal. El "operario" en cuestión estuvo más tiempo escaqueado detrás de un árbol que dándole al pico, que es lo que le correspondía. Y yo me pregunto ¿de dónde se saca a esta gente? ¿quién controla el trabajo que hacen? ¿porqué tenemos que seguir pagando a personas improductivas? El trabajo público procede de las arcas del estado, bien a través de nuestros ayuntamientos o de subvenciones del Ecyl o de lo que sea. ¿Por qué tenemos que contemplar cómo nos toman el pelo? Ya sé lo del rollo de la bolsa de trabajo del consistorio (en la que sólo trabaja quienes los "mandamases" quieren) pero los ciudadanos debemos saber en qué se emplea nuesto dinero y que esta inversión se amortice de la mejor manera; con actitudes como esta no sólo perdemos la contratación de un obrero eficaz sino que vemos, impávidos, como se alargan los trabajos que van en beneficio de todos. Si como dicen "el trabajo es salud", no entiendo cómo la mal llamada "oposición" no se interesa por esta crónica enfermedad que acarreamos desde hace tiempo, tan atraídos ellos por todos estos temas.

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